Coja un tema sobreexplotado, añádale una idea original y
mézclela con un buen guión. A continuación
aderécela con una de las mejores
interpretaciones de George Clooney y por ultimo remuévalo todo con la mágica
varita del director Alexander Payne. Como resultado obtendrá “Los Descendientes”, y claro está,
posiblemente una de las mejores películas del año.
Los descendientes es simplemente una película bien hecha, no
hay nada que reprocharle. Un acertado montaje, una música bien elegida… Pero
más allá, lo que “Los descendientes “
trasmite, es puro sentimiento.
Esta película nos da una verdadera lección de moralidad.
Evitando caer en la tipificación o formalismo, nos cuenta , de una forma
realista o más bien suprarrealista, la historia de un hombre que realmente está
jodido (y utilizo esta expresión porque es la realidad). El argumento va de un hombre , el cual vivía para su
trabajo , que se encuentra con su mujer en coma a punto de morir. Debe
aprender, además, a tratar con sus dos
hijas, todo ello mientras se entera de que su mujer le era infiel y a la vez
que debe contar la noticia de la inminente muerte a todos los familiares y
amigos. Como veis, un panorama dantesco a la altura de cualquier culebrón. Y ahí está
la magnificencia de Payne, que con un argumento culebronero consigue hacer un
drama-comedia , y encima ambientada en Hawái.
El personaje que interpreta George Clooney es un claro
ejemplo de autocontrol, paciencia, amor y fidelidad. Fidelidad, esa es la
palabra. Una fidelidad que trasciende a las personas y que continua tras la traición
y , seguramente, tras la muerte. Sin duda, clara favorita a los Oscar.
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